Por el derecho humano universal de las mujeres a gozar de salud integral a lo largo de su curso de vida, desde la niñez hasta la vejez
La OMS (Organización Mundial de la Salud) manifiesta que “el derecho a la salud implica gozar del más óptimo estado de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de enfermedad o malestar”. En este sentido, la salud integral de las mujeres responde a múltiples factores biopsicosociales, es decir, su bienestar depende de cuestiones biológicas y también de su acceso a recursos materiales y simbólicos que le permitan nacer y envejecer en igualdad de oportunidades.
En 1987, la RSMLAC (Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas) propuso establecer el 28 de mayo como fecha de reconocimiento de la salud de las mujeres. En 1996, la organización definió abordar una temática relevante para este grupo social y focalizó la fecha, desde allí en adelante, en el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos.
El sistema internacional establece como universal el derecho humano de las mujeres a gozar de salud integral a lo largo de su curso de vida: en la niñez, adolescencia, juventud, adultez y vejez. Desde este marco, ALGEC subraya la relevancia de que las mujeres -de todas las edades, orientaciones sexuales, religiones, etnias, con discapacidades, entre otras condiciones- se asuman como sujetos envejecientes en la lucha y la consolidación por la igualdad de derechos durante toda su trayectoria vital.
Particularmente en Argentina, el 28 de mayo de 2019 se presentó por octava vez consecutiva el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo ante el Congreso de la Nación, el cual fue rechazado por el senado. Lo destacable es que el documento fue producto de años de una lucha incansable de grupos de mujeres, entre ellas, mujeres que hoy son adultas mayores, precursoras de una mirada promotora de la autonomía y de la libertad para decidir sobre el propio cuerpo.
En este 28 de mayo vivido en un marco de pandemia por coronavirus que remarca la vulnerabilidad de las personas mayores por temas de salud, ALGEC enfatiza el valor social de las mujeres mayores porque su presencia y participación es importante para el desarrollo de la sociedad. Asimismo, la asociación gerontológica recuerda que, fuera de este contexto, la vulnerabilidad está dada por las condiciones económicas, pero no por la condición etaria de las mujeres.
Gracias infinitas a Nelly Minyersky, Marta Alanis, Dora Coledesky, Olga Cristiano, Martha Rosenberg, Elsa Schvartzman, Nina Brugo, Alicia Cacopardo, y gracias a otras cientos de mujeres mayores y de todas las edades que, frente a los rechazos, continúan abogando para alcanzar las garantías de derechos de las mujeres a la salud.
Foto: Mujeres mayores de La Plata – Dirección de Comunicación y Personas Mayores. Facultad de Periodismo, Universidad de La Plata.
