Un informe elaborado por el Equipo del Sistema de Gestión de Incidentes (IMST) y la Oficina de Equidad, Género y Diversidad Cultural (EGC) de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la oficina regional para las Américas de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
La publicación brinda datos y reflexiones importantes para abordar los procesos de envejecimientos que se están desarrollando en este contexto pandémico con diferencias identificables por razones de sexo. De esta manera, el documento se presenta como una base relevante para continuar analizando el cruce, incorporando nuevas intersecciones, tales como la edad, la raza, la identidad sexual, entre otras posibles.
El informe destaca que “la pandemia amplificó las inequidades en materia de salud y dejó al descubierto las brechas del sistema de salud vinculadas a las mayores desigualdades socioeconómicas que afectan de manera desproporcionada a los grupos desfavorecidos”. En este sentido, se distingue que “las mujeres tienden a producir respuestas inmunitarias más eficaces y mejor adaptadas a los virus, lo cual se traduce en casos menos graves de COVID-19”.
Asimismo, el documento advierte que “debido a las funciones y las responsabilidades de las mujeres con respecto al cuidado de otras personas, a sus medios de vida, a su exposición a la violencia doméstica y su participación desigual en la toma de decisiones a los niveles más altos de la gobernanza, hay impactos menos visibles de la pandemia que no suelen cuantificarse de la misma manera que las infecciones”, y retoma datos brindados por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) que señalan que: “en especial en los países de ingresos bajos, las mujeres participan en gran medida en el trabajo informal y en otras formas vulnerables de empleo (por ejemplo, el trabajo por cuenta propia en negocios pequeños de subsistencia y el trabajo doméstico), lo que a menudo las excluye de las medidas formales de protección social dirigidas a los trabajadores afectados económicamente por la pandemia de COVID-19”.
En relación a lo etario, se indica que “hay un resultado negativo significativo en las tasas de incidencia y de mortalidad en los hombres, en comparación con las mujeres, en particular en los grupos de más edad. Las diferencias fisiológicas basadas en el sexo, incluida la respuesta inmunitaria innata y adaptativa a la infección, podrían explicar esta diferencia. Las comorbilidades preexistentes y los factores sociales, comportamentales y del modo de vida también podrían contribuir a este sesgo”.
Les compartimos el informe completo: Diferencias por razones de sexo en relación con la pandemia de COVID-19 en la Región de las Américas.