El CEPRAM (Centro de Promoción del Adulto Mayor) reunió a Mónica Roqué, Isolina Dabove y Maite Rodigou Nocetti para realizar un informe sobre la situación de las mujeres mayores en Argentina.
El documento realizado por el CEPRAM recuerda que “la violencia de género es uno de los temas que más logró instalarse gracias al movimiento #NiUnaMenos que se inauguró en Argentina en el año 2015. Las mujeres irrumpieron en las calles para luchar contra la violencia y su consecuencia más grave y visible, el femicidio”.
En el marco de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, Roqué, Dabove y Rodigou Nocetti reflexionan sobre las situaciones de violencia que sufren las mujeres mayores en Argentina. De acuerdo a un análisis realizado por la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema de Justicia de la Nación sobre los datos del primer trimestre de 2018, el 5% del total tiene como protagonistas a personas mayores y el 76% de ese grupo corresponde a mujeres.
El informe de CEPRAM destaca que las violencias cometidas contra las adultas mayores se dan un círculo íntimo (cónyuge, hija/o, cuidador/ra, en el hogar o en residencias). Al respecto, Mónica Roqué (Algec) señala que la dependencia económica impide que la mujer salga de situaciones de violencia y esto se agudiza en la etapa de la vejez. Asimismo, explica que “el círculo de violencia en la mujer joven y vieja no cambia, se repite, sólo que en las adultas mayores se deja de estudiar, después de los 50 años, los datos dejan de desagregarse y nadie se ocupa de la violencia hacia las mujeres viejas”. Además, “las mujeres en Argentina, en edad económicamente activa, cobran un 27% menos que los varones de la misma edad. Por lo tanto, cuando nos jubilamos, nos jubilamos con un ingreso muchísimo menor que los varones. La inequidad que se produce en las edades más jóvenes se potencia en las edades de la vejez, donde además nos encuentra en peores condiciones y mayor fragilidad”.
Si tenemos en cuenta que la forma más común de violencia de género fue y es la violencia doméstica, mayormente ejercida por la pareja, el divorcio tuvo una gran relevancia en la ampliación de derechos de las mujeres. Maite Rodigou Nocetti, marca que, por ejemplo, históricamente, en las demandas de divorcio, solían declararse las situaciones de violencia que vivían las mujeres en sus relaciones conyugales y la sanción de esa ley permitió que puedan salir de esos círculos de agresión.
Por su parte, Isolina Dabove, agrega que “la violencia hacia las personas mayores no ocurre sólo por ser mujer, sino que la discriminación es múltiple. Es por ser mujer, vieja pobre, inútil, enferma, discapacitada, es una carga social”, lo cual, desde ya, agrava la situación.
En este contexto, Roqué y Dabove consideran que las teorías feministas y el movimiento #NiUnaMenos tienen una gran deuda con las mujeres mayores y Rodigou Nocetti señala que, por ahora, son sólo las viejas feministas las que han hablado sobre la vejez. En este sentido, las profesionales creen que ha llegado el momento de visibilizar y estudiar las violencias cometidas contra las mujeres mayores y de resaltar que la vejez y el envejecimiento se debe abordar desde todos los ámbitos durante el trayecto de todo el curso de vida.
Les compartimos el informe completo elaborado por CEPRAM. Clic aquí